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Mantener a los ni帽os sanos y cuerdos en un mundo digital

(iStock/Getty Images)

Los celulares, las tabletas y los videojuegos pueden causar adicci贸n. Interfieren con el sue帽o. Introducen a los menores en un universo alternativo, a menudo distray茅ndolos de actividades del mundo real m谩s productivas y saludables. Y se relacionan con la ansiedad y la depresi贸n, con trastornos del aprendizaje y obesidad.

As铆 lo muestra un creciente n煤mero de investigaciones que enfatizan los peligros f铆sicos y psicol贸gicos del uso excesivo de las pantallas.

“Nadie deber铆a pasar ocho o nueve horas haciendo otra cosa que no sea dormir o trabajar”, dice la doctora Sina Safahieh, directora m茅dica de ASPIRE, el programa de salud mental para adolescentes del Hoag Hospital en el condado de Orange, en California.

Sin embargo, para muchos adolescentes, incluido los m铆os, los celulares y las redes sociales tambi茅n son herramientas indispensables para planificar su vida social, mantenerse al d铆a con las tareas escolares, y estar en contacto con amigos y parientes que viven lejos.

Recientemente habl茅 con Samantha Dunn, una ex colega periodista, quien me cont贸 con entusiasmo la manera en que su hijo de 10 a帽os usaba la tecnolog铆a digital para ampliar sus conocimientos. Su hijo, Ben, se interes贸 por la Revoluci贸n Americana y el Imperio Brit谩nico despu茅s de escuchar la banda sonora del musical “Hamilton”, y us贸 el tel茅fono inteligente de su mam谩 para investigar el tema.

La fascinaci贸n de Ben por el Marqu茅s de Lafayette, el noble y general franc茅s que ayud贸 a ganar la Guerra de la Independencia, lo motiv贸 a aprender franc茅s. As铆 que descarg贸 la aplicaci贸n de aprendizaje de idiomas Duolingo y se puso a trabajar. “Creo que ha aprendido a amar los idiomas”, dice Dunn.

Pero cuenta que ella y su esposo, Jimmy Camp, batallan a diario con Ben porque no quieren que compre Fortnite, un popular videojuego muy sanguinario pero que tambi茅n sirve como un punto de encuentro virtual donde los amigos se comunican.

“Dijimos que no, y fue como si hubi茅ramos acabado con su vida”, cuenta Dunn.

驴C贸mo pueden los padres optimizar los usos constructivos de la tecnolog铆a digital y minimizar, al mismo tiempo sus efectos perniciosos?

La clave es ayudar a los ni帽os a utilizar la tecnolog铆a como una herramienta, no como un juguete, “donde hay un prop贸sito que no es curar el aburrimiento”, explica Jim Taylor, psic贸logo y autor del libro 鈥淩aising Generation Tech: 鈥淩aising Generation Tech: Preparing Your Children for a Media-Fueled World鈥 (“Educar a la Generaci贸n Tech: Preparar a tus hijos para un mundo impulsado por los medios de comunicaci贸n”).

Taylor, como muchos profesionales m茅dicos y de salud mental, aconseja a los padres que establezcan l铆mites y se atengan a ellos. Deber铆an restringir la cantidad de tiempo que sus hijos dedican a los aparatos, crear zonas libres de tecnolog铆a 鈥攑or ejemplo, sin celulares en los dormitorios鈥 y horas libres de tecnolog铆a, como en la mesa, en restaurantes y en salidas familiares.

La Academia Americana de Pediatr铆a recomienda evitar casi todo el uso de medios digitales para ni帽os menores de 2 a帽os y limitarlo a una hora de “programaci贸n de alta calidad” para ni帽os de entre 2 y 5 a帽os, con la participaci贸n de uno de los padres.

Esta programaci贸n puede mejorar el aprendizaje, la alfabetizaci贸n y las habilidades sociales de los peque帽os, dice la academia. Sugiere que los padres visiten PBS Kids (), Sesame Workshop () y Common Sense Media () para aplicaciones educativas y programas de televisi贸n.

La academia tambi茅n recomienda que no haya tiempo de pantalla una hora antes de acostarse, y aconseja a los padres que establezcan un plan familiar personalizado con pautas apropiadas, seg煤n la edad, el tipo de medios digitales permitidos y el tiempo que los ni帽os pueden pasar en ellos. Crea el plan para tu familia en .

Rachael Wells, de 42 a帽os y madre de cuatro de Folsom, California, dice que, a ella y a su esposo, Carter, les preocupa la adicci贸n a los celulares de sus hijas de 12 y 14 a帽os, Beckham y Courtlyn. “Tenemos todo tipo de reglas”, cuenta Wells.

Las ni帽as no pueden tener los tel茅fonos en los dormitorios, cuando est谩n en el auto con su mam谩 o en la mesa. Y no hay tel茅fonos en la ma帽ana hasta que est茅n listas para ir a la escuela, todas sus tareas terminadas y todos los platos lavados.

“Al final nos damos por vencidos y terminan usando sus tel茅fonos, pero tienen que gan谩rselo”, explica Wells.

Wells y su esposo tienen una aplicaci贸n en sus celulares llamada OurPact que les permite controlar a distancia los dispositivos de sus hijas. La usan para apagar todas las aplicaciones a las 8:30 p.m.

Rachael Wells, mam谩 de cuatro en Folsom, California, dice que ella y su esposo, tienen “todo tipo de reglas” para controlar el tiempo de sus hijos frente a las pantallas. Tambi茅n apagan todas las aplicaciones de los celulares de sus hijos a las 8:30 pm. De izq. a der.: Beckham, Jobiah, Carter, Rachael, Londyn y Courtlyn.

Hay muchas aplicaciones para ayudarte a controlar la actividad en l铆nea de tus hijos, apagar las aplicaciones de celulares en ciertos momentos del d铆a, monitorear b煤squedas en l铆nea, bloquear el contenido que no deseas que tus hijos vean y alertarte sobre los depredadores en l铆nea, el sexting y el ciberacoso.

Common Sense Media publica una gu铆a de aplicaciones de control para los padres en , y numerosos sitios web tecnol贸gicos y de consumidores ofrecen rese帽as de dichas aplicaciones.

La mayor铆a de los profesionales m茅dicos y de salud mental sugieren que, para fomentar una relaci贸n saludable entre tus hijos y sus pantallas, debes planear regularmente actividades que no involucren pantallas. Puede ser tan simple como hablarles o leerles, pero los eventos deportivos, las excursiones a un parque o museo, o las salidas habituales en familia tambi茅n son buenas alternativas.

Tal vez lo mejor que puedes hacer es servir como un buen modelo, comport谩ndote en l铆nea de la misma manera que esperas que lo hagan tus hijos, dice el doctor Elias Aboujaoude, psiquiatra de la Universidad de Stanford y autor del libro 鈥Virtually You: The Dangerous Powers of the e-Personality鈥 (“Virtualmente t煤: los Peligrosos Poderes de la Personalidad Electr贸nica”)

“Si los padres rompen sus propias reglas”, explica Aboujaoude, “no se puede esperar que los ni帽os se comporten de manera diferente”.

Y al comportarse de la manera que ellos quieren que sus hijos lo hagan, los padres tambi茅n podr铆an estar ayud谩ndose a s铆 mismos. Como indica Aboujaoude, los adultos se sienten “enga帽osamente inmunes” a los males asociados con los medios digitales. “No lo son”.

Chad Landgraf, de 44 a帽os, de Broken Arrow, Oklahoma, me dijo que le preocupaba el aislamiento de su hijo de 12 y de su hija de 5 a帽os cuando estaban en sus aparatos digitales. As铆 que, con la esperanza de predicar con el ejemplo, cambi贸 los libros electr贸nicos por los de papel.

“Cuando ten铆a mi Kindle o iPad abierto, no sab铆an si estaba leyendo o navegando por las redes”, dice Landgraf. “Pero al menos si tengo una copia impresa de un libro, saben que estoy leyendo. Servir de modelo parece el mejor camino. Mono ve, mono hace”.

Esta historia de KHN se public贸 primero en , un servicio de la .

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